Lunes 6 de noviembre, a las 10 de la mañana empezaban a repartir las invitaciones tanto en los estudios de 40 Principales como en el Centro Buendía de la Universidad de Valladolid. A los veinte minutos se acabaron las invitaciones. Es que la ocasión lo merecía, los Celtas Cortos cerraban su gira de este 2006 en Valladolid, en su casa. El concierto tenía buena pinta, un aforo de 600 personas, un ambiente íntimo pero que auspiciaba una gran fiesta. Gente no solo de Valladolid, amigos de lugares como Madrid o Pamplona no quisieron perderse este prometedor fin de gira. Y así fue, con unos minutos de retraso, un calor sofocante en el interior de la sala y parte del público en la entrada del recinto, el espectáculo dio comienzo. Empezaron con El tunel de las Delicias, una melodía que se incluía en su disco instrumental de debut “Salida de emergencia”, que hizo que el público empezara a vibrar, aunque tímidamente por el momento. Aunque por poco tiempo, ya que El emigrante y Qué voy a hacer yo hicieron despegar los pies y las gargantas a toda la sala.
A partir de ahí la música y los recuerdos hicieron el resto. Las canciones se fueron sucediendo, 20 de abril, Legión de mudos, Tranquilo majete… todas de sobra conocidas. Para los que llevamos muchos años viendo a los Celtas, algunos desde nuestra más tierna infancia, ver después de tanto tiempo que la gente más joven que no había vivido la gran época de Celtas Cortos salta, canta y disfruta aquellas canciones como si los años no hubieran pasado, pone la carne de gallina. Pero no todo fueron viejas glorias, hubo hueco para nuevos himnos como Hay que volver o canciones rescatadas de la primera escapada en solitario de Cifu como El ska del paro. Momentos para recibir a amigos encima del escenario como Raúl Olivar, guitarrista flamenco compañero de Antoine (ex cantante de los Celtas), que se marcó una introducción instrumental con su guitarra flamenca junto a Antón Davila a la flauta del tema sin duda más emblemático del grupo, La senda del tiempo. Con otro tema mítico como No nos podrán parar el espectáculo llegó a su fin. El público entregado y la emoción marcada en las caras de todos los componentes del grupo, hasta que casi alguna lágrima estuvo a punto de deslizarse después de tantos meses de gira y tantos años de música.
Hayan pasado los años que hayan pasado, lo que dejaron bien claro es que, pese a las idas y venidas, están en plena forma. Instrumentalmente, con la sabiduría que dan los años y la experiencia, están en uno de sus mejores momentos. Los que están son capaces de enganchar a la gente tanto como antes. Oscar, Sendino, Alberto, Cifu, Goyo, Antón, Jorge y Diego, hicieron vibrar al público pucelano como solo los Celtas Cortos saben hacer. Pero nunca se olvidan tantas caras y nombres que han pasado por el grupo: desde Tejada que abandonó la banda después del primer disco, a Nacho Martín y Cesar Cuenca, o más recientemente Carlos Soto, Antoine, Tari, Óscar, Jabonero o Nacho Castro.
Lastima que sea el último de la gira porque te quedas con ganas de repetir. Aunque todo tiene su lado bueno, ya que después de un descanso, empezarán a preparar nuevo disco. Porque aunque muchos pensaran lo contrario, la nave Celta nunca dejó de navegar, y el pasado día 9 de noviembre nos demostraron que lo hace con fuerza, empujada por el viento, el calor y la energía de todo su público.
Ove